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"Identificar a la DC como el ‘mayor peligro’ para el avance del comunismo
por cuanto representaba a los “católicos dominados por el espíritu revolucionario”"

Reglas y nuca

La regla es la siguiente:
-todas las minas en pelota son ricas
-con ropa se ven más ricas que en pelota
-si son ricas en pelota, más se ven con ropa
-si son ricas en foto, más lo son en persona

Me encontré con un amigo mientras esperaba unas fotocopias en Valparaíso. Se iba a cortar el pelo. Pero es calvo, así que hizo notar que era la zona de la nuca, y que no le gustaba que ahí le creciera mucho. Una tía me dijo que siempre se le humedecía esa zona, pues, según ella, suda mucho de la nuca. De modo que está habituado que la carencia capilar deja la nuca abierta, y la longitud del crecimiento cubre esa zona. Desde el colegio, el cortarse el pelo es imperativo, acaso según el formato del mostrar-la-nuca de la sala de clases, en contraparte a lo que algunos creen como la panacea en el sentarse en círculo. Es decir, que el valor de originalidad del retrato que Dalí hizo a la mujer de espaldas, lleva siempre el potencial de la crisis imaginaria –y por tanto, ética. De hecho, hay una momia de turba, la Mujer de Elling, que según la forma de su momificación, acabó siendo en decúbito supino, mostrando, igual que el retrato de Dalí, su nuca y una trenza. Así que esta zona, problemática, es aquella en donde las peluqueras deben dar muestras de empatía y garantía al habilitar mediante espejo el mirarse la nuca. De ahí parte del poder de las peluqueras. Como los niños que se pegan carteles con sugerencias de patearse en las espaldas, la nuca dispone de la amplia posibilidad de mostrar la hilacha. La trenza que podría indiferenciar el género del sujeto, el “chocolo” o la enorme mancha de sudor que en la camisa devela la incapacidad del pelo de detener el agua sudada.

J.P.A.G.


·         “Sufrir es la manera de estar activo sin hacer nada”. 

Cioran.

Digresión acerca de la mala cicatrización en la gráfica urbana de las elecciones municipales 2012.

Por J.P.A.G.

¿Cuánto más le queda a la realidad? Si ya desbastada por los medios virtuales como el internet, la publicidad o la música (el espectáculo en general), su constitución deviene fracaso. No quiere decir que se estanque, más bien lo contrario, como el obsesivo que estoicamente luego de sus penurias se pone constructivo, la realidad está desencadenando una producción psicótica por no superar aún el duelo ante su pérdida.

La técnica más común en la coincidencia de precariedad y necesidad de encubrir la muerte es la pintura. También la de brocha gorda. La pintura es un rito funerario: porque puede durar más que el autor y en cierto sentido profiere su finitud, y porque lo que quiere la práctica del maquillaje es, o bien asimilarse a un monumento (que es por lo general de un muerto), o bien olvidarse de los deterioros del cuerpo. Ese “amortajar”, y es a lo que queremos llegar, se hace patente en la propaganda política, especialmente cuando los pendones con las caras de los candidatos son rasgados y luego parchados. Que estén mal parchados o no es una pregunta que nos podríamos hacer por dos motivos: porque el el político puede tener el deber demagógico de fingir su espontaneidad; o si es que el político municipal debe asumir la banalidad de su posición en el tráfago estresado de pueblerinos ya resignados. De tal modo que: si se nota que está parchado, no finge bien su politiquería; si se nota que está parchado, su publicidad era ya comprendida como una insignificancia. Y cuando se vislumbra lo que parecía ya reprimido, en tales capas de delirio que prueban el abandono de una coyuntura programática, aparece lo ominoso. En capas de delirio, porque encubren la realidad y al mismo tiempo la muestran. Actitud de clase media que en ansias de reparo de un inconveniente, lo arregla a medias por impotencia. Es lo que pasó con la viejita española que trató de restaurar un Cristo. Y si la embarró, no es ya restauración, sino lo interminable de la obra, posibilitándonos una historia de los ocultamientos (el destino del Ser que se da retrayéndose). Lo interminable es que la obra no puede ya retornar a su origen y toda intervención, aún “quedando igual”, no es ya la misma. “Misma” que nunca es tal, pues es intrínseca a ella misma el poder ser intervenida, copiada, falsificada, destruida, etc. Lo ominoso de la propaganda política está entonces inscrito en su superficie misma; no es accidental o acaso el accidente le es propio. En este caso, una línea de las malas restauraciones, que de lo contrario debiesen engañar al ojo, aún justificándose por otros medios. E inscrito está lo ominoso porque las rasgaduras son las huellas de una violencia inminente a tales materialidades. Si de lo que se trata en tales medios es política, entonces los pendones deberán representar rostros. Dentro de lo anodino de el espacio cívico-político quilpueíno, las fisuras son los vestigios del letargo de alguien a quien le da lata seguir compitiendo, pues quien sí lo desea tiene de hecho que poner ahí al contrincante. No se trata de mercenarios, sino de guerras sublimadas histéricamente en la somatización de lo bélico en los rostros de los candidatos. Labbé tenía razón: el asunto se trata ahora de la prensa, los programas estarán ocultos aún se publiquen por completo; ¿cuántos fundamentaron su voto en una estrategia? La propaganda se trata ahora de rostros, de carisma, de la misma farándula de quienes siguen la vida de los que gobiernan y articulan sin miedo a dar la lata las domesticidades de otros. Y, ¿qué estatuto tiene un programa con tanta promesa incumplida y sin respuesta? Los rostros de los pendones deben validarse en el futuro, aún si no ganan, pues les sirve a los otros candidatos para que, en su omisión, sean ganadores. Eso sí, que Labbé tenga razón no quiere decir que lo defendamos: desestresarse despreciando lo cierto significa no querer asumir la impotencia de haber actuado como se debía cuanto antes. Negar es otra manera de afirmar, pues lo absolutamente negado no se trae a colación nunca.

Restaurar nos lleva a la técnica de la suturación y a una obra del 2008 de Marco Rosales (artista de Quillota-Chillán) llamada “Fisuras”. Que la corteza de eucaliptus ya no sea de eucaliptus mediante la sutura, mienta la posibilidad de una construcción a condición de ser herido, como la restauración de una pintura. Es decir, que es la costura de los puntos la que desliga las cortezas de su origen arbológico, cuan máquina de separación de un jardín que nunca fue presente. En la propaganda municipal, poder efectuar la política programada (construir) sólo porque puede emplastarse: el político tiene derecho a construir porque tiene acceso a vendaje. Mas no necesariamente será una política exitosa. Se da una batalla entre quienes pueden suturarse y quienes no. La estrategia publicitaria de los pendones está en –como casi siempre en la publicidad- proponer ídolos. Que rompan y después cosan los rostros del candidato remite a un planteamiento de resurrección: mueren y reviven de inmediato. Pero, como ya se dijo, el cambio le es propio: siendo accidental, no lo es porque ya lo era (es accidental, luego no es nunca él mismo): es, más bien, la necesidad de un lenguaje. Ese revivir tampoco es un retorno cabal, sino, aquí, un revivir a medias. Un buen revivir equivaldría a no haber muerto nunca, a quedar (como) nuevo. Un revivir mal es una agonía, y un revivir a medias es la resurección típica, como la de Jesucristo, una de la que se puede hablar, comprobar con estratagemas, etc.

Si las políticas municipales que el rostro ofrece lo son a condición de que un ámbito haya sido destruido, mutilado o abandonado, entonces mientras más roto el rostro, más divino es. El conflicto: quiénes tienen no mejor, sino peor cicatrización que el otro. La candidatura se desorienta de sus fines políticos, sincronizándose y compitiendo con photoshopeos de rostros y maquillaje. Mejor será mal reparado porque marca así la prohibición judío-islámica de ver, o la posibilidad de voyeurismo con el rostro de Dios, pues sin heridas, sin ecce homo, no existirían los gobernantes, queriendo que sean, en lo posible, criaturas tanto de Dios como de la carne humana. Ecce homo es una ética que quiere decir: que “los de genes teológicos” aprendan a resignarse a los sentires humanos. Si los parches de delirio fuesen absolutamente exitosos, entonces no habría huella que re-ligara al exceso del ente Soberano. La cicatriz debe hacer presente parte de lo perdido.

Los cortes advienen de una noche a la intemperie, y he ahí la más fatal guerra. Los que viven bajo el puente cooperan a una grilla funcional de la miseria divina de los rostros en harapos. La abertura de los tajos expande la característica de la intemperie: producir religiones. Remite a la amenaza de que nazca un Dios. Rompiendo rostros, crean dioses, trazando en la circunsición los nuevos miembros para la duración programática de un Dios posible, patentizándose en el momento de de-cisión de voto. El corte inaugura –hace política- el candidato con votos no nulos, sino votos negativos marginales en contra. A lo negativo lo limita el marco del pendón y lo determina a su marginalidad. Por ejemplo, los guardias de cualquier recinto son la posibilidad de articulación del recinto mismo, sin los cuales no habría diferencia de lugares. Otro sería el sentido de publicitar un candidato sin competencia (como se dijo más arriba). Cada imagen es ya oficialismo y oposición al mismo tiempo. Parir un Dios es una amenaza porque, de nacer, desaparecería la necesidad de la imagen, porque ésta es ya competencia con otros. Un Dios ganaría al tiro, y la baja votación de esta jornada fue un termómetro que no marcó nada de frío, razón de la indiferencia vegetal generalizada, la vida soleada y fresca en el cobijo sin Dios.

La de-cisión política viene de una pulsión de votar que rebosa en la plétora de la navaja. Se castra el rostro por sentirse amenazado de castración, pero el miedo es la cicatriz instantánea y mal hecha después del corte. Cada cara-político es asistido por la responsabilidad de las parchaduras de sus comandos. El cuchillo tiene muchas veces la forma de un pene y no es el corte como solidaridad (contribuir a la dignidad de una cara) la única construcción, porque puede ser “pasarse al candidato por las wéas”, cuando los empleados de un local se pasan las cucharas por los genitales y después las ponen en los cafés de los clientes. Lo acuminado del cuchillo, la punta hiperbólica que abre el rostro a la hemorragia de gente que era él mismo.

Sentirse una persona única, original y diferente, bajo la administración posmoderna de los sentires, nexa la de-cisión del voto y someterse a la cirugía plástica. Por eso votar no es nunca voluntario: que lo haya sido ahora no es más que una prueba de diagnóstico para informar la vigencia de la internalización de la autoridad en los ciudadanos. Es decir, la mina que se pone tetas lo hace aún –caso chileno- con una cierta transgresión de actitud diferencial, pero sólo a condición de ser copia de un modelo hegemónico; el votante voluntario cree que lo hace por deber moral, pero sólo prueba que es un potencial lo suficientemente manso para contener un mandato, o a quien se puede obligar a sí mismo querer algo y rotularlo como deber universal. La habilidad humana por excelencia: cómo justificar la estupidez. Quienes modifican su cuerpo grotescamente, skinheads dejando paralítico a un travesti, neuróticos cuasianoréxicos tildados veganos, artistas o el individuo normal formando una familia: todos coinciden en buscar excusas a lo que no es más que un capricho o un arrebato de exigencia insensata. Si la cirugía es de éste ámbito, los pendones están al nivel de los afiches de ripley, de los bancos, de farmacias, supermercados, cine, etc., extendiendo una escritura que es propia del ídolo. Escriben una Biblia. La mujer que se pone tetas o el que va a votar lo hace muchas veces desde un imperativo plástico (p. ej., vota por Zalaquett como respuesta condicionada ante las imitaciones del Kramer). Si los rostros de la publicidad política deben romperse y parcharse delirantemente, los participantes de shows televisivos como “Cirugía cuerpo y alma” (por ejemplo) enseñan que es necesario ultrajar imágenes y corporalidades si quiere producirse entes sagrados. Esa Biblia no se desenvuelve en lo estático de la “física” del papel, pues disemina conductas que la van adorando mientras prepara muestras de personas para futuras intervenciones plástico-conductuales: porque su movimiento se arrastra como la reproducción asexual de un hongo, romper los afiches se entiende como una técnica brutal de esterilización (infibulación).







El aroma más fácil de los conductos es el de la pudredumbre. Cuando Dios se hace carne, no sólo se apropia del cuerpo de su hijo, sino que lo transforma en su propio ano: Jesús es el ano de Dios. Por esto, el misticismo elude toda verbalidad, pues la no-comunicación reside en lo “anal-lógico”, el “lenguaje”, o más bien la tangencia, de los emuntorios. “Anal-lógico” significa que el ano habla, pero de modo sinestésico, pues procura la plétora entre una música y un otro que la huele; música que es hedor del silencio; un silencio que se escucha por las fosas nasales. Como es conductual, es erótico, pues quiebra los contextos cada vez que sus olores suenan. La libertad explota en tanto presión del silencio hacia una muerte que es “paisajización” de los otros, y la apertura que implica Cristo como acontecimiento del cristianismo es un “goatse”, porque es exposición y apertura pasiva del ano.


J.P.A.G.

POEMA,VERSO O ESCUPITAJO

Mi proyectil fálico se desgloba del ser. Ya que en ella permanece la sustancia del Ser indebido . Pura basura me gritan, pura basura. NO quiero referirme a lo prodigo, sino a lo substancial. EL otro dia comi huevos con champiñon y me vino una cagadera terrible. De cualquier Modo, le eché la culpa al yoghurt que comeré mañana. EL grito es desesperantemente excitante y no puede callar de una vez. Encantos de volar y de volver a caer. Sigue y sigue llevando y trayendo la armonia absoluta a mi cabeza, a mi cuerpo, a mis hormonas, a mis genitales. Señorita no pare le dicen, traguese otra botella porfavor. que no soy más.

POEMA ,VERSO O ESCUPITAJO

La fuerza es un panel solar destructivo, si bien a veces te protege y otras veces permite que huyas del abismo. El coeficiente intelectual de la posima susodicha ayer cambia constantemente en un hacer como el de que querer hacer. No obstante, la obtetricia quirurgica amalgama en cierta medida vuestro placer carnal que es el de asistir a los circos. !Que maravilla",grita una vieja. La amiga le dice " quedate callada, por algo vine al circo,¿no lo crees?. La turbulenta existencia humana se preocupa del origen ciertamente incierto ya desde que lo plantea. Si bien, al dar la importancia de buscar origen, ya no existes. Te sumerges en un lago que es tuyo pero que al sumergirse ya no es tuyo. Al querer abarcar pierdes, es asi nada mas la cosa. Emeterio ureta dijo en algun momento: Quiero ser animador del festival de Viña. NO le creo por completo, ya que estuvo el viernes pasado vendiendo churrascos con tocomples en la entrada de la quinta vergara. LOs payasos, los bufones, los fantasmas abundan la ciudad como si fueran suyas las calles, y eso no es cierto. Las calles no son de nadie, ni para nadie, nunca jamàs. La tierra clama su existencia y el poder auditorio dice una vez mas que el presidente eyacula moscas con ranas. Debe ser bien prepotente ese vecino de al lado que una vez me ofrecio un durazno que tenia un chicle encima. Lo pensarè una vez mas cuando se refiera a mi nombre otra vez.

VICTOR CASTILLO

Poema,Verso o Escupitajo

En el loco, se encuentra un hombre primitivo. La esencia libre del ser humano ,o " Ser un HUmano". El loco permite a este hombre primitivo SER, por lo tanto, el loco es humano. Lo que entendemos como Humano no es propiamente Humano, es mas bien Inhumano, porque no permite al Hombre primitivo SER. El inhumano aparenta cosas, CREE que es un consumidor, Sin embargo, es lo material lo que lo consume. NO està consumiendo cigarro, sino el cigarro a el. Y asi, una larga lista de seres (IN)humanos, fuera de la verdadera realidad Natural. ¿Quienes son realmente los locos? Los que permiten liberar a ese hombre primitivo? O los que siguen la corriente? Solo los peces muertos siguen la corriente. El hombre primitivo no ha muerto. Sigue aun vivo. SOlo que no queremos verlo. Lo tachamos como algo casi vulgar, siendo que este fue nuestro inicio. Y seguirà siendolo. No el mono, el mono no tiene la culpa de que lo relacionemos en nuestras vidas. Nosotros podemos seguir pensando que provenimos del MOno , pero a el no le va interesar eso. El mono es un loco màs.Nada màs. Es, y siempre lo serà. En cambio el hombre no, Porque no se permite serlo, para no ofender a nadie. Nosotros todos los dias nos levantamos como Primitivos, solo que las cosas materiales nos atan. Nos hemos vuelto prisioneras de nosotros mismos, lo que se supone que era para evolucionar en realidad era para encerrarnos en nosotros mismos. La tecnologia tiene una ciencia, si no la sabes ocupar debidamente , puedes quedar encerrado. Lamento no poder sacar a este hombre primitivo Que llevo adentro, es muy divertido. Pero les puedo dejar desde ya avisados que estàn leyendo El comentario de un verdadero ejemplar de mono. Otro mono màs de la sociedad.